jueves, 29 de diciembre de 2011

Esguince de Tobillo

Esguince de tobillo:
Se trata de lesión traumática de los tendones, músculos o ligamentos que rodean una articulación, que puede ir desde una distensión hasta el desgarro parcial o total. Se caracteriza por el dolor y  la hinchazón de la zona o tumefacción. La articulación más común de sufrir un esguince es el tobillo. La afectación y la gravedad de los síntomas  varía dependiendo del alcance de la lesión en los tejidos.

Mecanismo de acción del esguince
El mecanismo es por inversión con rotación interna del pie. Al flexionarse  la planta del pie, el ligamento peroneoastragalino anterior se tensa y el calcaneoperoneo se relaja. En esto casos encontramos dolor y tumefacción por delante del maleolo externo, junto con un hematoma. El otro mecanismo de lesión es cuando el ligamento calcaneoperoneo  es el lesionado, esto se produce debido a la supinación forzada del pie.

Síntomas
  • Dolor
  • Tumefacción
  • Edema
  • Rubor
  • Calor en el área afectada
  • Inestabilidad articular
  • Incapacidad funcional o disminución de la misma.

Tratamiento farmacológico: Se usa el paracetamol para el dolor, los antiinflamatorios no esteroideos son igualmente efectivos para el control del dolor, presentando mayores efectos secundarios, con la ventaja de poder reducir el tiempo de curación.

Grados
  • Grado I: Es una distensión del ligamento. Éste está intacto pero se ha estirado más allá de sus posibilidades. Puede haber inflamación y dolor, pero se distingue de grados más graves en que no hay hematoma, ya que el ligamento no se ha roto. Se trata de forma conservadora.
  • Grado II: Hay desgarro parcial con equimosis y tumefacción articular y cierta inestabilidad. Hay hematoma e inflamación. Dificultad al caminar, hinchazón y dolor de moderado a severo. Su tratamiento también es conservador.
  • Grado III: Desgarro total o casi total de ligamentos, dolor severo con  inestabilidad articular. Hay hematoma e inflamación. El tratamiento es quirúrgico. Sutura más bota de yeso cerrado por 4 semanas.


Cuidados:

·         Reposo: Esencial en la recuperación. Debemos eliminar la carga sobre la articulación afectada durante un periodo mínimo de 24 a 48 horas.
·         Hielo o compresas frías: disminuyen la inflamación. Debemos aplicar frío durante las primeras 48 horas cada 2 horas 15 minutos.

·         Ultrasonido e Microcorrientes: técnica más utilizada para reducir la inflamación.

·         Masoterapia: Se puede utilizar técnicas como retorno venoso, criomasaje, transverso profundo de ciryax o vogler.
·         Movilización temprana: Consiste en ir aumentando de manera paulatina el rango de movimiento de la articulación.
·         Baños de contraste: nos ayudará a disminuir la inflamación.
·         Fortalecimiento de los músculos: Tras la inmovilización la musculatura se está debilitada. El objetivo de esta técnica es aumentar la resistencia de la zona afectada, evitando que se reproduzca la lesión.
·         Compresión: Se debe comprimir la zona con un vendaje elástico. Éste protege el ligamento lesionado y reduce la inflamación. La tensión del vendaje debe ser firme y uniforme, evitando aprietes excesivos. No es conveniente mantener el vendaje compresivo pasadas las primeras 48 horas.
·         Elevación: es conveniente elevar la zona lesionada por encima del nivel del corazón 45º. Se recomienda este procedimiento en las horas inmediatamente posteriores a la lesión, con el vendaje de compresión colocado.


Objetivo de los cuidados:
·         Recuperar la movilidad completa del pie tratando posibles fijaciones entre los huesos de tobillo y pie.
·         Tratar la musculatura de la pierna y pie para reducir el dolor y facilitar la posterior recuperación.
·         Fortalecer la musculatura que ha quedado debilitada tras la lesión.
·         Recuperar la propiocepción ligamentosa. La propiocepción es la información que transmiten los ligamentos sobre la posición de una articulación en todo momento. Si esta función falla por lesión del ligamento, el pie no reaccionará a tiempo ante un imprevisto en el terreno, favoreciendo la aparición de un nuevo esguince.
·         Evitar la aparición de nuevos esguinces durante la etapa de recuperación mediante la colocación de vendajes funcionales en situaciones de riesgo (práctica deportiva).